Como sindicato que somos, aparte de exigir nuestros derechos entendemos que se exija el cumplimiento de nuestros deberes como trabajadores que somos. Ahora bien, con la misma energía afirmamos que el equipo de gobierno no solo tiene unos deberes que cumplir con la ciudadanía, sino que también tiene unos deberes administrativos que cumplir con sus trabajadores. En concreto, nuestro Concejal Delegado de Recursos Humanos tiene unos deberes que cumplir, unas obligaciones, inherentes a esa responsabilidad. No vamos a entrar a valorar aquí si sus cometidos son pocos o muchos, lo que sí afirmamos es que dispone para su trabajo de dos asesores.
Pues dicho todo esto, no es la primera vez que algo tan sencillo como no realizar una firma, ha paralizado un procedimiento administrativo que lleva aparejado el que una serie de trabajadores dejen de percibir unas retribuciones que les corresponden por derecho. Hablamos en concreto de los complementos por jornada partida, que normalmente se cobran a un mes vencido, comienzan a acumular retrasos injustificados debido a una dejación de funciones por parte del señor Concejal. Este simple acto, para él insignificante, acarrea serios problemas a trabajadores con una situación económica precaria. Recordamos que llueve ya sobre mojado, y no nos valen las excusas de que hay personas que lo están pasando peor, eso lo sabemos muy bien los trabajadores, porque todos tenemos alguien en esa situación demasiado cerca como para no darnos cuenta. De lo que comenzamos a tener serias dudas es de si nuestros gobernantes serán conscientes de ello.
Debería saber usted, Sr. Concejal, que fomentar la precariedad es una inmoralidad, falta de toda ética; tanto si los afectados son jóvenes investigadores, como si son padres de familia.