jueves, 8 de agosto de 2013

Encierros por entierros...


Las verdaderas intenciones que se esconden tras los actos siempre acaban saliendo a la luz. Nos quitaron las horas que teníamos por asistencia a entierros de nuestros tíos fallecidos. Nos argumentaron que eran privilegios con los que el resto de trabajadores –los que quedaban en activo- de este país no contaban. Nos argumentaron que no se podían pagar estos dispendios con dineros públicos. Nos argumentaron que teníamos que ser solidarios.
Ahora, sin embargo, nos autorizan a faltar de nuestros puestos de trabajo para asistir a los “tradicionales” encierros de nuestra localidad; tiempo que se nos remunerará debidamente, siempre y cuando lo fichemos. Lo de argumentar en este caso que se trata de festejos tradicionales está bien, pero quizá debamos recordar a nuestros dirigentes que tiene más tradición en el ser humano el acto respetuoso de enterrar a sus muertos.
Sí es cierto que en numerosos municipios, en sus días de fiestas patronales, se suelen conceder horas libres; no solo en la Administración, también en las empresas privadas, pero siempre cuando otras necesidades más básicas están cubiertas y nunca para actos tan triviales, que no son del gusto de todo el mundo.
Aprovechamos para salir al paso de quienes nos critican que no hacemos más que “atacar constantemente” al equipo de gobierno. Solo decir que nuestra actitud es, y ha sido siempre, la de defendernos.

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