Desde que el Gobierno Central comenzase a dictar decretos y
resoluciones encaminados a mermar los derechos adquiridos por los empleados
públicos, las relaciones laborales en el Ayuntamiento de Pinto, como en todas
las Administraciones Públicas, comenzaron a deteriorarse, aunque en unas más
que en otras.
El Ayuntamiento de Pinto durante esta época se caracterizó
por aplicar de la manera más restrictiva posible la diversa normativa que iba
saliendo. Sin embargo, los órganos de representación de los trabajadores
seguían respetándose. Con la toma de posesión como concejal de RRHH de Salomón
Aguado, el deterioro de las relaciones laborales se convirtió en extremo. La
negociación con los representantes de los trabajadores se volvió una quimera,
no se admitía variar una coma de lo establecido, eso cuando se intentaba
aparentar negociación. La persecución sindical se hizo patente, sobre todo con
miembros de este sindicato. La total falta de empatía con los trabajadores
rozaba la falta de respeto a la inmensa mayoría de los empleados. Las quejas
por el trato recibido caían una y otra vez en saco roto. Nunca las relaciones
no ya laborales, sino personales, fueron tan denigrantes en este Ayuntamiento.
La situación se volvió tan insostenible e inexplicable que
solo cabía una explicación; prohibición de empatizar con una plantilla que se
pensaba mermar. Desde EPS pensamos que solo la fuerte oposición y la unidad
mostrada por los trabajadores impidieron llevar a cabo ese objetivo.
Hoy podemos decir que esta situación ha cambiado de forma
radical. No solo por favorecer desde el equipo de gobierno la readmisión de
nuestros compañeros despedidos, retirando los recursos interpuestos contra las
sentencias de improcedencia, y extendiendo la misma a las sentencias
pendientes. Por dar las directrices oportunas a la empresa Aserpinto para que
opte por la readmisión en los casos de despidos improcedentes. Sino sobre todo
por el respeto que se muestra hacia la función pública y a los empleados
encargados de llevarla a cabo. El respeto que muestran hacia los órganos de
representación de los trabajadores, uno de los fundamentos de nuestra
democracia, y que pasa por negociar las relaciones y derechos laborales hasta
donde permite la Ley.
Se ha revocado un decreto que nos obligaba a un calendario
laboral por encima de lo que marcan las leyes, imponiendo en el mismo aspectos
regulados en convenio laboral vigente; decreto que obligó tanto a este
sindicato como al Comité de Empresa a presentar ante los juzgados de lo social
sendas demandas. Se abre un nuevo periodo de negociación, anticipando ya
retomar la jornada de verano que disfrutábamos incluso en parte de la
legislatura pasada.
Por todo ello, desde este sindicato, y desde lo que
pensamos es el sentir unánime de la plantilla, queremos agradecer el nuevo
talante tanto en las relaciones como en la negociación con el que se ha
estrenado el nuevo equipo de gobierno. Estamos convencidos que ello repercutirá
en un mayor rendimiento de la plantilla municipal y por ende en un mejor
servicio a los ciudadanos.