A nuestro equipo de gobierno se le llena la boca en los
medios de comunicación cuando hablan del ahorro conseguido, lo que callan es el
cómo se llega a ese ahorro. Se ahorró en la factura de teléfono, pero no en la de
sus móviles, sino en aquella que permitía a los empleados públicos llamar a los
móviles de los ciudadanos para comunicarse con ellos.
Existen otras formas de ahorro, con más tintes de acoso y
castigo laboral que otra cosa. Hemos comentado alguna vez que el importe de
nuestras cuotas sindicales y que se nos retiene de nuestras nóminas para
después transferirse a las cuentas de los sindicatos respectivos, han sufrido
demoras de meses.
A los trabajadores que realizan jornadas partidas, turnos o festivos no se les abonan esos importes desde noviembre pasado, algo que comienza a ser habitual.
Y no es porque los trámites burocráticos tengan alguna
complejidad, todo aquel que percibe una nómina entiende de qué hablamos, sino
porque el concejal de turno que tiene que dar el visto bueno y autorizar esos
pagos mira para otro lado durante meses.
Sin embargo no andan tan despistados cuando todos los
veranos y navidades encuentran algún tema para realizar un pleno extraordinario
y así aquellos concejales que no tienen nómina puedan percibir su paga. Una
frase ha definido la relación de este equipo de gobierno con sus trabajadores,
“hacer daño como muestra de poder y prepotencia”.
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